Con la intención de dar un mayor conocimiento sobre las aguas residuales (o aguas negras), es decir, sobre aquellas cuya calidad se ve afectada por la actividad humana, hemos decidido ofrecer información sobre qué son las plantas de tratamiento de aguas residuales y sus correspondientes etapas.
Y es que, estas plantas de tratamiento, también llamadas EDAR, por sus siglas de “Estación Depuradora de Aguas Residuales”, son aquellas instalaciones que se encargan de recoger las aguas que proceden de una población o sector industrial, para la posterior eliminación de sustancias contaminantes.
Las 4 etapas en las plantas de tratamiento de aguas residuales
Como bien hemos comentado, las plantas de tratamiento de aguas residuales se encargan de eliminar las sustancias contaminantes para su posterior utilización en la población, por ello, deben pasar por 4 etapas fundamentales de tipo físico, químico y biológico. Conócelas:
Pretratamiento
En esta etapa es donde comienzan las depuradoras de aguas residuales a prepararlas, para su purificación durante las siguientes 3 etapas del proceso. De esta manera, el agua se libera de objetos que puedan dañar dicha instalación.
Tratamiento primario
El agua queda retenida durante un par de horas en varios decantadores y en donde la gravedad separa las partículas, con el objetivo de que en esta etapa se elimine una porción de los sólidos suspendidos.
Tratamiento secundario
En esta etapa del proceso, el objetivo de la planta de tratamiento de aguas residuales trata de eliminar la materia orgánica del agua, así como de nutrientes tales como el nitrógeno y el fósforo.
Una vez que el agua tratada cumple con todos los requisitos de vertido definidos en este punto del tratamiento, entonces se pasará a su última etapa.
Tratamiento terciario
En esta última fase del tratamiento de aguas residuales, el objetivo es el de aumentar la calidad final del agua para poder devolverla al medio ambiente, es decir, a los mares, ríos, lagos y demás cuencas hidrográficas.
Se realizan entonces una serie de procesos con el objetivo de eliminar agentes patógenos, tales como bacterias fecales.
Gracias a cada parte del proceso de tratamiento del agua en todas las cuatro etapas, se conseguirá mejorar y asegurar la calidad del agua y reducir la huella de carbono.
De esta manera, tanto el agua para industrias como para la consumida por la población, estará libre de materia orgánica y sólidos suspendidos que no son buenos para su uso o consumo.