Hoy 31 de julio se celebra el Día de los Guardias Forestales, los funcionarios que velan por el cuidado de la naturaleza. Nos parece de justicia que se les rinda homenaje, pues, si no existieran, nuestra flora y nuestra fauna estarían, sin duda, mucho menos protegidas. Y, en definitiva, el medio ambiente sufriría muchos más daños.
Un poco de historia de los guardias forestales
En total, hoy tenemos seis mil policías del medioambiente en España. Todos ellos se ocupan de proteger el maravilloso patrimonio natural que posee nuestro país. Pero no siempre existió este cuerpo de guardias. Por ello, vamos a hacer un poco de historia.
Tenemos que remontarnos al siglo XIX para encontrar un precedente. El 11 de julio de 1877, el rey Alfonso XII firmó la Ley de Mejora, Fomento y Repoblación de los Montes Públicos. En ella se contenía la creación de los llamados “capataces de cultivos”, que pueden ser considerados el embrión de los guardias forestales. Dos años más tarde incluso se les permitió denunciar a aquellos que dañasen la naturaleza.
Sin embargo, el Cuerpo de Guardería Forestal del Estado se creó en 1907. Surgió por la necesidad de contar con una organización específica para el cuidado de los montes. Pero estos esforzados profesionales tendrían que esperar a la llegada de la Segunda República para ser reconocidos como funcionarios del estado al tiempo que se les confería la categoría de auxiliares del orden público.
Ya en 1978 los integrantes del cuerpo cambiaron su nombre por el de agentes forestales. Y, con el desarrollo de las comunidades autónomas, pasaron a depender de estas para su labor. A cargo del estado solo quedan unos pocos miembros que se ocupan de la vital labor de cuidar los parques naturales. Finalmente, en 2005 se crea la Escala de Agentes Medioambientales del Ministerio de Medio Ambiente.
El día 31 de julio también se utiliza para conmemorar el World Ranger Day, día en que se recordaba a los rangers caídos en acto de servicio en todo el mundo.

Pero, lo más importante, con independencia de su nombre o de a qué organismo estén inscritos, los guardias forestales desempeñan una labor primordial. Son ellos quienes se ocupan de impedir la caza y la pesca furtivas, de velar porque los ríos y los montes estén bien conservados e incluso porque no se produzcan incendios en la naturaleza.
En conclusión y por todo esto, el día 31 de julio este cuerpo de funcionarios recibirá un merecido homenaje que debe ir acompañado de mayor reconocimiento personal y profesional.
¡Todos deberíamos sumarnos a ese tributo!.