INTRODUCCIÓN
Se estima que el deterioro causado por los procesos de corrosión tiene un coste anual a nivel global que puede llegar a superar los 2.5 billones de USD, cifra que representa cerca del 3,5 % del PIB mundial. La corrosión es un proceso fisicoquímico que ocurre de forma natural cuando un metal sufre un proceso de oxidación, consecuencia de la transferencia de electrones desde el metal a un aceptor de electrones externo.
Los procesos de corrosión en los sistemas de canalización son un problema endémico para una larga lista de sectores industriales. Fruto de esta problemática, la utilización de acero inoxidable en estos tipos de circuito ha ido ganando popularidad en las últimas décadas, principalmente, debido a que este material exhibe una excelente resistencia frente a los procesos de corrosión.
El buen desempeño del acero inoxidable frente a este tipo de procesos se debe a la presencia de una capa de material pasivado en su superficie externa. El pasivado consiste en la formación de un recubrimiento superficial a base de óxidos metálicos de elevada estabilidad, que impide que las reacciones de oxidación, que caracterizan los procesos de corrosión, se extiendan más allá de la capa externa del material.
Pese a lo comentado anteriormente, el acero inoxidable no deja de ser una aleación de hierro, cromo y carbono, entre otros elementos, por lo que es susceptible de sufrir procesos de corrosión agudos si es sometido a ciertas condiciones ambientales. Principalmente, estos procesos aparecen consecuencia de la desaparición de la capa de pasivado. Existen diferentes factores que pueden promover su desaparición, siendo los más comunes la presencia de determinadas especies químicas como los cloruros o diferentes compuestos de azufre.
Además, otra de las causas que puede poner en jaque la integridad de la capa de pasivado es la actividad metabólica de distintas especies de microrganismos, lo que convierte al acero inoxidable en un material susceptible de sufrir procesos de corrosión microbiológica. Generalmente, el acero inoxidable tiende a sufrir procesos de corrosión localizada en aquellas zonas donde el recubrimiento del material ha sido dañado, lo que lo convierte en un material especialmente propenso a la aparición de procesos de corrosión intersticial y por picaduras.
La corrosión microbiológica se suele entender erróneamente como una forma diferente de corrosión. No obstante, la corrosión microbiológica actúa realmente como un amplificador de la corrosión, acelerando los procesos de corrosión que se desencadenan de forma natural el interior de un sistema, como consecuencia de la acción metabólica de los microorganismos que lo colonizan.
Diferentes estudios han determinado que, la corrosión microbiológica, supone cerca del 20 % de los costes de mantenimiento derivados de los procesos de corrosión y que es la causante última de hasta el 50 % de las fallas de operación que ocurren en las infraestructuras de canalización.
BACTERIAS CAUSANTES DE LA CORROSIÓN MICROBIOLÓGICA
La mayoría de los microrganismos presentan una elevada tolerancia frente a condiciones ambientales hostiles, pudiendo desarrollar sus funciones vitales en un amplio rango de pH, temperaturas y presiones. Podría considerarse que es esta la característica última que promueve la universalidad de los procesos de corrosión microbiológica, ya que posibilita que estos se desarrollen en una amplia variedad de industrias que operan bajo un abanico de condiciones de trabajo diferentes.
Bacteria | T (⁰C) | pH | Metabolismo | Función metabólica |
Sulfate reducing bacteria | 20-40 | 5.0-9.0 | Anaeróbico | Obtienen energía a partir de la reducción de SO42- a S2-. |
Iron reducing bacteria | 10-50 | 4.0-8.0 | Anaeróbico | Obtienen energía a partir de la reducción de Fe3+ a Fe2+. |
Nitrate reducing bacteria | 5-40 | 5.5-9.5 | Anaeróbico | Obtienen energía a partir de la reducción de NO3– a amonio y N2. Favorecen el proceso de formación del biofilm al actuar como bacterias pioneras durante la colonización del sustrato. |
Methaogenic bacteria | 20-40 | 5.4-7.2 | Anaeróbico | Produce metano utilizando hierro elemental a través de la despolarización catódica. |
Acid producing bacteria | 20-40 | 4.5-8.0 | Anaeróbico | Produce subproductos típicos de los procesos de fermentación, como los ácidos grasos. |
Iron oxidizing bacteria | 20-40 | 6.0-8.0 | Aeróbico | Su proceso metabólico genera la oxidación del Fe2+ a Fe3+. Promueven la desaparición de la capa protectora pasivada. |
Sulfur oxidizing bacteria | 20-40 | 6.5-7.5 | Aeróbico | Produce subproductos agresivos como lo son el ácido acético, el ácido succínico y el ácido sulfúrico. Promueven la aparición de procesos de corrosión ácida. |
Existen una amplia variedad de microorganismos que han sido reportados como especies susceptibles de participar en los procesos de corrosión microbiológica. Estos pueden ser tanto aerobios como anaerobios y su influencia sobre los procesos de corrosión se produce como consecuencia del desarrollo de su actividad metabólica. A continuación, se recogen las principales especies implicadas en los procesos de corrosión microbiológica:
Tabla 1: Principales especies de microrganismos detrás de los procesos de corrosión microbiológica.
Los microorganismos causantes de la corrosión microbiológica se encuentran de forma natural en medio acuoso en su forma plantónica, flotando en el medio en su forma libre. Cuando se encuentran en su forma plantónica, estas especies no representan un riesgo real para la integridad de los materiales metálicos, ya que no se encuentran en la concentración suficiente como para que el desarrollo de sus funciones vitales pueda influir ni desencadenar procesos de corrosión.
No obstante, en la naturaleza es común que se produzca una paulatina asociación de los microrganismos planctónicos resultando en la formación de grandes colonias. Estas colonias, acaban por formar lo que se conoce como biofilm, cuya naturaleza sedentaria y su capacidad sinergética es la causante última de los procesos de corrosión microbiológica.
BIOFILM
Los biofilms o biodeposiciones pueden definirse como una comunidad sésil de origen microbiano caracterizada por la unión irreversible entre las células que lo forman y el sustrato sobre el que se depositan.
La formación del biofilm es un proceso natural en medio acuoso, debido a que la asociación entre microorganismos les brinda una mayor protección frente a las condiciones adversas del medio. Su formación está directamente relacionada con la aparición de procesos de deterioro acelerado, lo que provoca una reducción del tiempo de vida útil del material colonizado, ocasionando graves perjuicios económicos.
FORMACIÓN DEL BIOFILM
El proceso de formación del biofilm se produce gracias a un sistema de comunicación llamado percepción de quórum, basado en la capacidad de los microorganismos de segregar y percibir determinadas moléculas del medio. Estas moléculas se conocen como moléculas señal y, según su tipo y concentración, inducirán diferentes cambios en la actividad metabólica de los microorganismos en un proceso conocido como regulación génica. A través de la regulación génica, las diferentes especies microorganismos podrán coordinar su actividad lo que, en última instancia, permitirá la supervivencia del biofilm.
PRIMERA ETAPA
La primera etapa en la formación del biofilm viene marcada por la transición de los microorganismos desde su estado planctónico, caracterizado por un estilo de vida nómada donde los microorganismos se encuentran libres flotando en el medio, hacia un estado sésil, donde los microorganismos adoptan un estilo de vida sedentario al adherirse sobre la superficie del sustrato.
La llegada de los primeros microorganismos a los alrededores del sustrato genera un progresivo aumento de la concentración de moléculas señal en el medio, lo que generará a su vez un efecto llamada que propiciará la acumulación de microorganismos en la proximidad de la superficie. A medida que la concentración de microorganismos aumenta, también lo hará la concentración de las moléculas señal, lo que originará un proceso de regulación génica que promoverá la síntesis y secreción de ciertas moléculas orgánicas, principalmente polisacáridos, que se adherirán a la superficie del sustrato mediante la formación de enlaces débiles. Posteriormente, una vez recubierta la superficie, los microorganismos empezarán a adherirse sobre esta, marcando el inicio de la colonización del sustrato.
SEGUNDA ETAPA
Una vez finalizada esta primera etapa, el biofilm pasará a su fase de maduración. Durante la etapa de maduración, los microorganismos proseguirán en su actividad de sintetizar y segregar moléculas orgánicas conocidas como sustancias exopoliméricas. Estas sustancias, actuarán como elemento cohesionador del biofilm, a través de la formación de enlaces débiles entre sí y con los microorganismos presentes. De esta forma, se irá produciendo el crecimiento del biofilm hasta la generación de una matriz elevadamente cohesionada, conocida como sustrato polimérico extracelular o sustrato exopolimérico, que le conferirá cierta integridad estructural.
TERCERA ETAPA
Por último, el biofilm entrará en la fase de especialización, que vendrá marcada por la diversificación de las especies colonizadoras del biofilm. La llegada de nuevas especies se producirá a través del proceso de percepción de quórum, consecuencia de la actividad metabólica del biofilm. A medida que la colonia va volviéndose más compleja, las distintas especies formadoras irán modulando su actividad para asegurar que el biofilm en su conjunto pueda satisfacer sus necesidades vitales.
Durante esta etapa, el biofilm irá desarrollando ciertas formas de cooperación avanzada. Por ejemplo, es común que las colonias presenten homostasis, un tipo de sistema circulatorio primitivo que permite la difusión de diferentes especies químicas a través de la matriz. Además, de la misma forma, es frecuente encontrar un gradiente de concentración de las distintas especies según la cercanía a la superficie del sustrato. Las especies aerobias se concentrarán principalmente en las capas superiores del biofilm, mientras que las especies anaerobias se concentrarán en las proximidades del sustrato. De esta forma, será la propia actividad de las especies aerobias la que proporcionará unas condiciones de vida propicias para la supervivencia de las especies anaerobias.
MECANISMOS DE CORROSIÓN
Como se ha comentado anteriormente, la corrosión microbiológica no es un tipo de corrosión si no todo proceso de corrosión en el que la acción metabólica de los microrganismos provoca de forma directa o indirecta un aumento en la ratio del proceso de corrosión. Generalmente, el aumento de la ratio de corrosión resulta de un aumento de la velocidad en alguna de las reacciones parciales del mecanismo de corrosión, lo que suele resultar en un aumento en la velocidad global del proceso.
Esencialmente los microorganismos pueden ejercer su influencia sobre los procesos de corrosión de dos formas:
- Se entiendo como una influencia directa cuando un microorganismo interviene de forma activa en el proceso de corrosión, actuando como el aceptor final de los electrones liberados en la oxidación de la especie metálica. Estos microorganismos, utilizarán dichos electrones para llevar a cabo el proceso de respiración celular, proceso a partir del cual los microorganismos obtienen energía para poder acometer las distintas funciones vitales.
- Se entiende como influencia indirecta cuando el proceso de corrosión deriva de los subproductos originados durante la acción metabólica de un microorganismo. De esta forma, no es el microorganismo el que actúa como la especie aceptora.
A continuación, se explicarán de brevemente las principales teorías detrás de los procesos de corrosión microbiológicas de las que se han clasificado como las dos principales especies que lo originan las bacterias sulfato reductoras y las bacterias ferro-oxidantes.
BACTERIAS SULFATO REDUCTORAS
Pese a haber sido identificadas como una de las familias de microorganismos más importantes detrás de los procesos de corrosión microbiológica, actualmente no existe un consenso generalizado sobre el mecanismo de reacción a partir del cual las bacterias sulfato reductoras, o SRB por sus siglas en inglés, favorecen la aparición de los procesos de corrosión.
La mayoría de los estudios que se han realizado para estudiar su efecto sobre los procesos de corrosión han tratado de utilizar métodos de análisis electroquímicos. No obstante, los datos recopilados han sido inconsistentes, principalmente debido a la dificultad de utilizar métodos electroquímicos en un medio que se encuentra en continua evolución debido a la actividad metabólica de los microorganismos.
Como se verá a continuación, el conocimiento actual en este campo deriva de la formulación de un seguido de teorías que tratan de explicar los procesos de corrosión microbiológica atendiendo a la actividad metabólica desarrollada por este tipo de bacterias.
DESPOLARIZACIÓN CATÓDICA
La teoría de la despolarización catódica fue propuesta en el año 1934, convirtiéndose rápidamente en el estándar a partir del cual se trataría de estudiar los procesos de corrosión microbiológica causados por las SRB.
La despolarización catódica propone como causante último de la aceleración del proceso de corrosión el consumo de hidrógeno durante el proceso de respiración celular de las SRB. En este proceso, estas bacterias utilizan el hidrógeno diatómico presente en el agua para extraer los electrones necesarios que, posteriormente, utilizarán en el proceso de reducción del sulfato (4).
Según la teoría, el consumo de hidrógeno por parte de los microorganismos desplazaría el equilibrio químico del medio, favoreciendo la recombinación de los protones libres para la formación de hidrógeno diatómico (3). De esta forma, sería la necesidad de disponer de electrones para alcanzar dicho equilibrio lo que promovería la disolución del hierro en el agua, o, dicho de otra manera, su oxidación (1). A continuación, se refleja el mecanismo de reacción propuesto por la teoría de la despolarización catódica:
Reacción anódica:
4Fe → 4Fe2+ + 8e– (1)
Disociación del agua:
8H2O → 8H+ + 8OH– (2)
Reacción catódica:
8H+ + 8e– → 4H2 (3)
Despolarización catódica:
SO42- + 4H2 → S2- + 4H2O (4)
Productos de corrosión:
Fe2+ + S2- → FeS (5)
3Fe2+ + 6OH– → 3Fe(OH)2 (6)
La teoría de la despolarización catódica ha despertado mucha controversia desde su postulación. Principalmente, sus detractores consideran que el efecto causado por el consumo de hidrógeno sería despreciable comparándolo con el mecanismo de corrosión ácida que se podría desencadenar debido a la formación de subproductos agresivos como el ácido sulfhídrico.
Figura 1: Esquema del proceso de corrosión por despolarización catódica.
DESPOLARIZACIÓN ANÓDICA
Ante la controversia generada por la teoría de la despolarización catódica surgieron otras teorías que trataban de explicar la corrosión microbiológica atribuyendo la función amplificadora de la corrosión a otras de las reacciones implicadas en el proceso.
De esta forma, surgió la teoría de la despolarización anódica, según la cual, sería el exceso de la concentración de ácido en el medio la que favorecería un aumento de la velocidad de la reacción anódica del mecanismo de reacción (7), acelerando todo el proceso de corrosión. Por tanto, sería el ácido sulfúrico resultante de la actividad metabólica de los microorganismos (10) la que aceleraría el proceso de corrosión ácida, que se produce de forma natural en el medio a través del siguiente mecanismo:
Reacción anódica:
Fe0 → Fe2+ + 2e– (7)
Reacciones catódicas:
2H+ + 2e– → H2 (8)
2H2S + 2e– → 2HS– + H2 (9)
Respiración celular SRB:
SO42- + 4H2 → S2- + 4H2O (10)
Como se ve en el mecanismo de reacción expuesto anteriormente, el proceso de oxidación del hierro estará acoplado a la reducción de las especies ácidas presentes en el medio, ya sea utilizando el ácido sulfhídrico segregado o los protones libres presentes en el medio (8, 9). Además, la acidificación del medio se verá favorecida como consecuencia de la formación de sulfuro de hierro, considerado el subproducto principal del proceso de corrosión microbiológica producido por las SRB (11).
Fe2+ + HS– → FeS + H+ (11)
La deposición del sulfuro de hierro sobre la superficie del metal está asociado a una reducción de la velocidad del proceso de corrosión, al formar una capa protectora que evitará el avance del mismo. No obstante, cabe remarcar que si debido a la naturaleza del medio se produce la posterior oxidación del anión de azufre hasta su forma elemental, este podrá agravar el proceso de corrosión actuando como una especie reactiva catódica según la siguiente reacción:
S0 + H2O +2e– → HS– + OH– (12)
Diferentes estudios han cifrado en 108 ufc/cm la concentración de microorganismos necesaria para la generación de un medio suficientemente agresivo como para que se desencadenen los procesos de corrosión ácida en el acero inoxidable.
TRANSFERENCIA DE ELECTRONES EXTRACELULAR
La teoría de la transferencia de electrones extracelular propone un mecanismo a partir del cual los electrones producidos en los procesos de oxidación extracelulares son transportados hasta al interior de las SRB, donde serán utilizados en el proceso de la respiración celular en la reducción del sulfato.
En condiciones normales, estos microorganismos, obtienen dichos electrones de la oxidación de las moléculas de materia orgánica, capaces de incorporarse hasta el citoplasma mediante procesos de difusión. Una vez agotadas las reservas de materia orgánica, la colonia sufriría una transición natural hacia la utilización de los electrones liberados durante el proceso de oxidación de los componentes metálicos del sustrato.
La teoría de la transferencia de electrones extracelular propone dos mecanismos, a través de los cuales, los electrones liberados en el medio podrían llegar hasta el interior celular, permitiendo el desarrollo de la actividad vital. Esta teoría propone dos procesos de incorporación de electrones:
- Transferencia directa de electrones: En este caso, la incorporación de electrones se produciría de forma directa utilizando proteínas de la corteza celular.
- Transferencia indirecta de electrones: En este caso, la incorporación de electrones se realizará a través de la mediación de especies aceptoras.
BIOCATALISIS PARA LA REDUCCIÓN CATÓDICA DEL SULFATO
En línea con la teoría de la transferencia de electrones extracelular, la teoría de la biocatálisis para la reducción catódica del sulfato propone un escenario en el que la falta de alimento provocaría un cambio en el mecanismo de reacción del proceso de respiración celular, en el cual, los microrganismos obtendrían los electrones necesarios para desarrollar su actividad metabólica a partir de la oxidación del sustrato metálico (15).
Como se ha comentado anteriormente, en condiciones normales, la obtención de los electrones necesarios para el proceso de reducción del sulfato (14) se realizaría a través de la oxidación de moléculas orgánicas, por ejemplo, el lactato (13):
Reacción anódica:
CH3CHOHCOO– + H2O → CH3COO– +CO2 + 4H+ + 4e– (13)
Reacción catódica:
SO42- + 9H+ + 8e– → HS– + 4H2O (14)
En condiciones de escasez de moléculas orgánicas la obtención de electrones se realizaría a través de la oxidación del hierro según la siguiente reacción (X):
Reacción anódica:
Fe → Fe2+ + 2e– (15)
Pese a que los potenciales de oxidación-reducción auguran la espontaneidad de la reacción, la teoría propone que la reacción de reducción del sulfato no sería viable debido a su elevada energía de activación. De esta forma, la teoría propone que la utilización del hierro como dador de electrones, solo podría producirse cuando el proceso de acepción de electrones se produzca catalizado por una serie de enzimas presentes en el citoplasma de estas bacterias.
Figura 2: Esquema del proceso de transferencia de electrones extracelular.
Por último, cabe remarcar que el proceso de transferencia de electrones hasta el citoplasma, lugar donde se producirá la reducción del sulfato, vendría regido por alguno de los mecanismos postulados por la teoría de la transferencia extracelular de electrones.
BACTERIAS FERROXIDANTES
Las bacterias ferro-oxidantes, o IOB por sus siglas en inglés, son una familia de bacterias capaces de obtener energía a partir de la oxidación del hierro. De forma más específica, estos microrganismos obtendrán energía a partir de un proceso de respiración celular que implicará la oxidación de especies de hierro (II) a hierro (III).
Generalmente, las IOB son especies aerobias por lo que utilizarán las moléculas de oxígeno disueltas en el medio como aceptor último de los electrones liberados por el hierro. Por el contrario, los electrones necesarios para llevar a cabo el proceso de respiración celular, provendrá de la oxidación de las especies ferrosas presentes en el medio.
Diversos estudios han constatado un aumento considerable de la velocidad a la que se desarrolla un proceso de corrosión cuando hay colonias de IOB presentes. De esta forma, el aumento de la velocidad de hierro (II) a hierro (III) produciría a su vez un aumento en la ratio de disolución del metal en el medio, acelerando el avance de los procesos de corrosión localizada.
Reacción catódica:
Fe2+ → Fe3+ + e– (16)
Reacción anódica:
0.5O2 + H2O + 2e– → 2OH– (17)
Realmente el proceso de corrosión se produce a través de la formación de diversas especies intermedias como se muestre en el siguiente mecanismo general de reacción:
Fe2+ + 2OH– → Fe(OH)2 (18)
2Fe(OH)2 + 0.5O2 → 2FeOOH + H2O (19)
3Fe(OH)3 +0.5O2 → Fe3O4 +3H2O (20)
2FeOOH → Fe2O3 + H2O (21)
Las IOB pueden provocar diferentes tipos de corrosión en el acero inoxidable, siendo más común los procesos de corrosión localizada. Especialmente, la presencia de este tipo de colonias suele resultar en la aparición de procesos de corrosión intersticial, consecuencia de la modificación del medio en la interfaz entre el sustrato y las deposiciones de hierro generadas durante consecuencia de la actividad metabólica de estas bacterias.
COOPERACIÓN SINERGÉTICA ENTRE DISTINTAS ESPECIES
Como se ha comentado anteriormente, la especialización del biofilm marca el inicio de un proceso de cooperación avanzada donde las distintas especies regulan su actividad metabólica para asegurar la supervivencia del biofilm.
La presencia de diferentes especies de bacterias en el bioflim, propiciará la aparición de interacciones sinergéticas. Estas interacciones, permitirán el desarrollo de la actividad metabólica de los distintos microrganismos, actividad metabólica que, en condiciones normales, no podría desarrollarse. Generalmente, debido a que la combinación de la actividad metabólica de distintos microrganismos hace termodinámicamente viable el desarrollo de distintas reacciones químicas que no lo serían en condiciones normales. La aparición de este tipo de interacciones está relacionada con la aceleración de los procesos de corrosión, por lo que han ido centrando mayor atención durante los últimos años.
PREVENCIÓN DE LA CORROSIÓN MICROBIOLÓGICA
Pese a que el conocimiento sobre los procesos de corrosión microbiológica todavía es muy limitado, existen una serie de acciones que ayudarán a prevenir y mitigar sus efectos. Esta serie de buenas prácticas, van principalmente destinadas al control de la población de las distintas especies de bacterias y, su implementación, permitirá aumentar ostensiblemente la vida útil de los materiales del circuito en cuestión. Según su naturaleza las podremos clasificar como acciones físicas, químicas y electroquímicas.
MÉTODOS FÍSICOS
“PIGGING”
Se basa en la utilización de herramientas para mantener limpia la superficie del circuito. Es efectivo para evitar la formación de grandes colonias de bacterias en las paredes del circuito. Principalmente, se utiliza para dispersar las deposiciones y, de esta manera, hacerlas más susceptibles a la acción de otros tipos de métodos de eliminación. No obstante, no es capaz de eliminar los microorganismos por lo que se suele utilizar de forma conjunta con otros métodos de prevención.
RADIACIÓN ULTRAVIOLETA
Presenta una elevada efectividad a la hora de eliminar microrganismos. No obstante, su eficiencia queda limitada al ser necesaria exposición directa. Además, existen diferentes especies de bacterias inmunes a sus efectos.
ULTRASONIDOS
Presenta una efectividad superior al 99 %. Los ultrasonidos actúan destruyendo la pared celular consecuencia del fenómeno de cavitación que desencadenan. Durante el proceso de cavitación se generan pequeñas burbujas que al colapsar producen incrementos drásticos de presión y temperatura, lo que producirá la muerte celular. Su principal desventaja es que pueden agravar los procesos de corrosión intersticial.
MÉTODOS QUÍMICOS
Los métodos químicos para el control de las poblaciones de microrganismos se basan en la utilización conjunta de biodispersantes y biocidas. Los primeros actúan provocando la dispersión del biofilm, haciéndolo más susceptible a la acción del biocida. Los biocidas serán los responsables de causar la muerte celular. Entre sus principales ventajas se encuentra la facilidad de aplicación y su elevada efectividad. No obstante, la utilización de biocidas oxidantes está relacionada con el agravamiento de los procesos de corrosión. Además, debe de tenerse especial cuidado a la hora de aplicarlos a circuitos de agua de consumo, estando su dosificación estrictamente regulada.
MÉTODOS ELECTROQUÍMICOS
Se basan en la aplicación de métodos electroquímicos de protección. Estas medidas, no van orientadas a la eliminación de las colonias de microrganismos, si no a la protección de los materiales del circuito.
POLARIZACIÓN CATÓDICA
Se basa en la aplicación de una pequeña corriente electrónica para inducir una polarización negativa del acero. La polarización catódica ha demostrado su utilidad para evitar el progreso de los procesos de corrosión. No obstante, el mecanismo de inhibición de la corrosión sigue sin estar del todo claro. Existen dos principales teorías:
- Repulsión bacteriana: Esta teoría sostiene que, al cargar negativamente la superficie, se produciría una repulsión entre esta y las paredes electronegativas de las bacterias. De esta forma, la polarización catódica dificultaría el proceso de colonización del sustrato.
- Suministrador de electrones: Esta teoría sostiene que la corriente electrónica inhibiría los procesos de corrosión al proveer a las bacterias de los electrones necesarios para la realización de sus actividades metabólicas.
ÁNODOS DE SACRIFICIO
Se basa en la utilización de un material menos noble, con una mayor tendencia a la oxidación, para impedir los procesos de corrosión sobre el material del circuito. De esta forma, el material de sacrificio será el encargado de proveer los electrones necesarios ante la aparición de reacciones de oxidación. Generalmente, se suele utilizar el zinc como material de sacrificio.
RECUBRIMIENTOS
Se basa en la aplicación de algún tipo de revestimiento sobre la superficie del circuito. Estos materiales impedirán el contacto directo entre el metal y el medio, inhibiendo así la aparición de procesos de corrosión. Generalmente, se suele recurrir a la aplicación de polímeros.
OTROS MÉTODOS
Además de los mencionados anteriormente, es interesante remarcar que, ante la aparición de procesos de corrosión microbiológica, siempre es interesante reevaluar las condiciones de trabajo del circuito. De manera que, siempre que sea posible, será interesante modificar las condiciones para dificultar los procesos de formación del biofilm.
CONCLUSIONES
Como se ha visto anteriormente, los procesos de corrosión microbiológica actúan agravando los procesos de corrosión que se generan en los materiales metálicos de forma natural. Estos procesos, pueden presentar orígenes muy variados, y, de esta forma, su respuesta deberá de ajustarse a las características particulares de cada proceso. Además, la universalidad de este tipo de procesos hace que estos aparezcan en una gran variedad de circuitos, de esta forma, los métodos de prevención y mitigación deban de ajustarse a las particularidades de cada una de las instalaciones afectadas.
Es por lo comentado anteriormente que, desde Grupo Beta, se recomienda que ante la aparición de procesos de corrosión, se acuda siempre a personal especializado, para que, de esta forma, se pueda diseñar e implementar un plan de tratamiento que se ajuste a las particularidades de la instalación. De esta forma, se multiplicarán las probabilidades de éxito en la intervención, evitando el despilfarro de recursos y un más que probable efecto rebote que podría acabar por agravar los procesos de corrosión.
Mario Ortega
Alfa & Omega 2014 SL